por Carmen
A las edades del viento
mi corazón se ha rendido
cuando miro la grandeza
de tantos años vividos.
Anda niebla, corre y dile
a las gentes del lugar
que la centanaria encina
espera su despertar.
En tu sabia de oro vivo
maternal, tu vientre ha sido,
sustentando junto a tí, tus amigos
Encina que encumbras
el monte arañado
que velare las cruzes
que tiene el Calvario.
Llora el álamo en el prado
porque no puede abrazar
tu cuerpo de centenaria